Nuestros animales de compañía pueden sufrir diferentes tipos de estrés al establecerse en un nuevo espacio. Por ese motivo, es súper importante que si realizás una mudanza tengas en cuenta algunas cosas que pueden ayudar a que este proceso sea menos traumático y más amigable para ellos:
1- Si tu mascota es un perro, realizar paseos en la zona del nuevo hogar permite que explore e inicie una etapa de reconocimiento previo a establecerse. Esto hará que su adaptación sea más sencilla.
2- Transición escalonada: Visitá frecuentemente junto a tu mascota el nuevo espacio y dejá alguna de sus cosas cada vez que asistan.
Puede ser un juguete o una manta. El hecho de no trasladar todo en conjunto ayuda a que no se sienta tan inquieta cuando se realice la mudanza completa.
3- Cuidar su cama: La cama suele convertirse en el objeto de apego de nuestros animales cuando los cambiamos de espacio, por eso se recomienda no lavarla durante las primeras dos semanas para que conserve el olor que traía de la casa anterior.
4- Transportador: Si para realizar la mudanza vas a colocar a tu mascota en cualquier tipo de transportador, asegurate de que se familiarice y adapte con este objeto previamente. Para que sienta que es seguro podés colocar alguno de sus juguetes o su manta adentro.
5- Traslado: Al momento de trasladar a tu mascota, es importante considerar si la distancia es corta o larga. En distancias largas las mascotas pueden marearse, por lo que se recomienda no alimentarlas durante las horas previas al viaje, consultar con su veterinario si es necesario que tome alguna medicación para mareos, planificar paradas necesarias y conducir con cuidado y sin movimientos bruscos.
6- Día de la mudanza: Es recomendable que permanezca en una habitación tranquila con sus juguetes y su cama para mantenerla alejada del estrés de la mudanza. En lo posible colocarla en esta habitación antes de comenzar a bajar tus pertenencias.
La puerta de esa habitación debe mantenerse cerrada durante todo el proceso de descarga de cosas.
7- Reconocimiento del hogar: Cuando todo esté medianamente acomodado, permitile recorrer, reconocer y oler todo el lugar. Este momento también es ideal para enseñarle sus restricciones, a qué lugares no puede subir o entrar, etc.
8- Su espacio: Dale la libertad de elegir su rincón, espacio o habitación para colocar su cama y juguetes. Los animales se guían por olores y corrientes de aire, por lo que es fundamental que se encuentren en un ambiente en el que se sientan seguros.
9- No romper su rutina: Intentá respetar sus horarios y rutina diaria. Durante los primeros días posiblemente esté incómoda, dale tiempo a que se adapte sin modificar sus hábitos. En el caso de los perros realizar paseos frecuentes puede ayudar a bajar el estrés.
Si bien todo espacio tiene sus limitaciones y quizá no todas las opciones recomendadas se encuentren dentro de nuestras posibilidades, lo principal es acompañar el proceso, observar a nuestros animales y asegurarnos de que se sientan seguros y tranquilos y, en caso de notar alguna conducta extraña, consultar inmediatamente con un especialista.